Muchas madres se asustan al ver que su hijo tiene un bulto debajo de la rodilla y que cuando se caen o se lo tocan, le duele muchísimo. Pues bien, es más común de lo que os pensáis en jóvenes entre 10 y 16 años.
En la mayoría de los casos, los adolescentes que sufren de enfermedad de #OsgoodSchlatter son #deportistas, especialmente en deportes de impacto.
Cada vez que se estira la #rodilla al correr y saltar, se contrae el músculo #cuádriceps bruscamente. Como se trata de una zona inmadura, esa tracción del tendón rotuliano sobre la tuberosidad anterior de la tibia, provoca inflamación de esa unión entre tendón y cartílago (osteocondritis) y arrancamiento.
Una vez completada la etapa de crecimiento (entre los 14 y 18 años), ese cartílago ya está totalmente maduro, por lo que ya no provocará dolor, aunque la deformación de la zona estará siempre y puede afectar a una o ambas rodillas.
El primer tratamiento una vez diagnosticada la enfermedad de Osgood-Schlatter es el reposo, hielo y estiramientos.
Sí es cierto que hay que parar la práctica deportiva para reducir los síntomas, pero no para siempre, ya que la enfermedad se resuelve espontáneamente cuando cesa el crecimiento. Si se quiere seguir con la práctica deportiva se debe utilizar una cincha infrapatelar.
La tonificación del cuádriceps es contraproducente ya que aumenta la tensión en la inserción. Lo que hemos de hacer es lo contrario: relajarlo a través de los estiramientos, tanto de cadena posterior, como de cuádriceps y #masajes.
Por lo tanto, acudir al #fisioterapeuta durante la fase aguda de la enfermedad está indicado y es esencial para disminuir los síntomas, dar una pauta específica de estiramientos domiciliarios diarios y para indicar los pasos a seguir.
Cristina Macía
Fisioterapeuta
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