Cuando hablamos de dolor #lumbar probablemente a muchos en algún momento os hayan recomendado, o te hayas planteado utilizar una faja.
La #faja es una prenda interior elástica que mediante la compresión soporta la zona lumbar. Sus beneficios principales son:
Mantiene la zona caliente.
Aporta seguridad al movimiento y reduce el miedo al dar sujeción de la zona.
Ayuda a relajar la musculatura.
Colabora en romper con el círculo vicioso de dolor, contracción y espasmo.
Popularmente se dice que la faja ayuda a prevenir #lesiones lumbares y disminuir el dolor, pero ¿realmente es cierto?
Para empezar hay que dejar claro que no hay una evidencia científica convincente de sus efectos sobre la musculatura, ni tampoco tenemos la seguridad de que estas fajas puedan reducir la incidencia de las lesiones de #espalda. Incluso, se ha estado considerando que la incidencia y severidad de las lesiones aumentaba después del uso discontinuo prolongado en el tiempo.
Todas estas investigaciones coinciden en que el uso de dichos soportes lumbares puede debilitar la musculatura.
Por lo tanto, la utilización de #fajaslumbares:
Hacen disminuir la actividad muscular y por lo tanto derivará en debilidad o atrofia de la misma.
No produce una disminución de las fuerzas de compresión sobre las articulaciones de la columna.
Produce una disminución en el rango de movimiento.
Problemas en la piel derivados de la fricción y el calor.
Predispone a la formación de hernias inguinales, hemorroides y varices en piernas y testículos ya que aumenta la presión intraabdominal y la presión sanguínea. Es necesario descartar problemas cardiovasculares.
Cambian los patrones de movimiento al levantar objetos (a peor). Por ello, se recomienda que, de utilizarse las fajas sea como fase inicial de un programa más amplio que incluya la formación en ergonomía y posturología y se prescinda de su uso cuando sea posible.
Entonces...¿Cuándo utilizarla?
Lo que está claro es que no se pueden utilizar constantemente. Se deben utilizar:
Durante un programa de rehabilitación tras una lesión lumbar o un proceso quirúrgico.
Problemas crónicos.
Ante esfuerzos excesivos y/o repetitivos para nuestra espalda. De todas formas hay estudios donde los trabajadores que se lesionan llevando una faja lo hace de más gravedad que los que no lo llevan, ya que el llevarla hace percibir que pueden levantar más peso del que en realidad son capaces. Por ello es necesario un buen programa de formación (escuela de espalda) donde se informe al paciente de la forma correcta de levantar pesos, cómo se producen las lesiones, etc…
A nivel deportivo, sólo se debe recurrir a la faja en la práctica de #halterofilia o alguna disciplina semejante. En pesos mínimos o medios, como los que podemos encontrar en un gimnasio, no tiene sentido.
¡LO QUE SÍ ES EFECTIVO Y NECESARIO ES UNA FAJA MUSCULAR!
Los estudios demuestran que mejorando la capacidad de los músculos estabilizadores profundos se reducen significativamente los dolores lumbares y la frecuencia de los episodios repetitivos, también evita problemas como la incontinencia urinaria y el prolapso.
Cristina Macía
Fisioterapeuta.
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